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¿La baja de la inflación impulsará el consumo? Empiezan a ver que la recuperación llegaría el año próximo

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La progresiva baja de la inflación de los últimos cuatro meses, no lograría compensar la pérdida del poder adquisitivo de la gente. Sucede que aunque algunas empresas estén «rebajando» sus productos para paliar el “frio” de las ventas, el consumo se estima que caerá un 8% este año mientras que el salario real -en el sector privado formal- caería en promedio 6,1%.

De hecho, según una estimación de Abeceb, en 2025 podría recuperarse tanto el ingreso disponible como el consumo. El año próximo las ventas en supermercados podrían crecer un 2,5%, la actividad en restaurantes mostraría un resultado positivo que alcanza al 4,5% y la venta de electrodomésticos crecería el 12,3%, estimó la consultora.

Es decir, el ingreso disponible de la población podría reducirse más del doble producto del fuerte reacomodamiento de los precios relativos de las tarifas de gas, luz, agua, transporte público, combustibles, etc, que se vienen ajustando muy por encima de la inflación impactando con fuerza en los bolsillos, de acuerdo con un informe de la consultora Abeceb.

«La retracción del poder de compra se da en el marco de un proceso muy fuerte de corrección de precios relativos que venían muy atrasados y que provoca que la gente deba gastar mucho más de lo que lo hacía anteriormente para afrontar esas facturas, recortando la plata disponible para comprar otros bienes o servicios», señaló.

Por ejemplo, la inflación interanual a marzo fue del 290% pero los precios de muchos bienes o servicios claves para la vida cotidiana superaron con creces esta magnitud: electricidad y gas, aumentaron el 300%, bebidas alcohólicas, 302%; alimentos, 306%; azúcar, chocolate y golosinas, 349%; pan y cereales, 352%; combustible y lubricantes, 364%; medicamentos, 379%; transporte público, 385%; aguas minerales, gaseosas y jugos, 386%.

Otros que también tuvieron subas importantes, pero no al nivel del IPC fueron las prepagas (hoy en discusión) con un 289%, restaurantes y hoteles, 266%, educación, 227%; prendas de vestir y calzado, y alquiler de viviendas, 149%. Y todavía muchos deben seguir ajustándose para recomponer los atrasos pasados.

«En definitiva, la caída del salario real del 6,1% en realidad disfraza una retracción aún mayor de la capacidad de compra porque a esa pérdida hay que sumarle el fuerte impacto de todas las subas mencionadas y que hace que recortemos los gastos», señaló el informe.

«Por ejemplo, un trabajador que en promedio en 2024 va a ganar $1.340.000 y que su salario le creció por debajo de la inflación y le va a caer en términos reales 6,1%, lo que le quede para gastar, después de pagar el alquiler, combustible, transporte, luz, gas (estos componentes que aumentan muy por encima de la inflación) le van a quedar 840.000 pesos, lo que implican una caída de 15,5% respecto del ingreso disponible que tenía el año pasado en términos reales*.

La plata no alcanza

La pérdida de ingresos se traslada velozmente a las góndolas y al consumo fuera del hogar. Por ejemplo, la caída de ventas en los supermercados se estima podría promediar 11%, en 2024 mientras que en restaurantes será del 7,5% en este año. Sólo en marzo, la caída en los súper llegó al 19%, mientras que los restaurantes registraron una pérdida del 6,7%.

Ante este contexto, los consumidores optan por los comercios de cercanía (no hacen compras tan grandes) y elijen segundas o terceras marcas, además de estar atentos y aprovechar las promociones y descuentos.

Por su parte, las empresas buscan adaptarse a estas necesidades optimizando costos, negociando con proveedores y cadenas para mejorar la ecuación de costos y precios. También, les dan mayor relevancia a sus segundas marcas y tratan de idear estrategias de venta que apuntan a un consumidor que recorta sus gastos.

En otro segmento, pero que también revela el impacto de la retracción del poder adquisitivo, están los electrodomésticos que quedaron muy relegados en la lista de compras. Se prevé una caída del 25% para 2024 debido a que la predisposición de compra sigue en caída en los primeros tres meses del año, y en marzo, registra una caída del 66.2% el nivel más bajo desde la pandemia.

Pero el impacto no sólo es en lo que hace a alimentos. En marzo, las ventas minoristas mostraron una caída del 12,6%, según CAME, los patentamientos de autos cayeron 35,1% y los de motos, el 43,3%.

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