La crisis económica argentina hace eco en la región: ¿es hora de salir del Mercosur?

Mientras Brasil protege su industria con beneficios impositivos, lejos queda la idea de la moneda única del Sur. ¿Hay posibilidad de buscar otros mercados?

Por Alejandro Andrés Golob. (Grispo Abogados – Departamento de Derecho Comercial)

30/05/2023 – 19,30hs

A principios de mayo del corriente, Argentina solicitó a su principal socio comercial, Brasil, el financiamiento de exportaciones. El país vecino respondió por la negativa, solicitando garantías. El encuentro diplomático tuvo un resultado inesperado.

En los últimos días, se informó precipitadamente, que Argentina fabricaría un automóvil «popular» bajo el sello de una marca francesa,  para exportarlo a Brasil y reactivar su mercado. A pocos días del anuncio, el presidente Lula Da Silva anunció que procederían a modificar el sistema impositivo que grava la industria automotriz local para así abaratar costos y generar empleo. Quedaba en el olvido el proyecto de exportar automóviles a un mercado más que atractivo como es el brasilero. En el mismo mes, nuestra economía recibía dos duros golpes provenientes del gigante del Mercosur, todos bajo una gestión política que se mostraba como afín.

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Claramente el Mercosur cruje o más bien ya no existe como tal. La integración normativa y económica necesaria para que los estados miembros formen un bloque sólido no ha logrado desarrollarse. Vale recordar que como antecedente a la contraposición de intereses con Brasil, Uruguay había manifestado en julio de 2022 la intención de celebrar acuerdos comerciales extrazona. Los intentos de Argentina por contener al país limítrofe no arribaron a buen puerto.

Lula da Silva se resiste a avanzar con la moneda común del sur y otros acuerdos comerciales.

Varios factores han convertido al Mercosur en un cascaron vacío: En primer término las economías de los países que conformen el mercado común compiten entre sí, no se complementan y si lo hacen es de forma dispar. En cuanto a la legislación vigente, no fue posible arribar a puntos de encuentro que unifiquen criterios. Las constantes crisis políticas y económicas que se suscitan en el cono sur hacen que cada estado legisle «en emergencia» otorgando beneficios y subsidios a sus industrias locales.

Es momento de mirar entonces mercados externos, ofrecer nuestros bienes a quienes lo necesiten y adquirir aquellos necesarios de nuevos socios comerciales. De nada sirve continuar por ejemplo, importando autos de baja calidad provenientes de Brasil, cuando dicha potencia fija trabas a la integración comercial.

No debemos temer al «brexit americano»: aquellos que avizoraban una catástrofe en Europa ante la partida del Reino Unido no han dado en la tecla. Necesitamos de forma urgente una nueva legislación a la altura de las circunstancias que permita exportar sin trabas, en especial bienes con valor agregado y aquellos servicios derivados de la industria del conocimiento.