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Oscar 2023: Colin Farrell y Brendan Gleeson y una amistad a prueba de aburrimiento en Los espíritus de la isla

Son los protagonistas de una historia que viene cosechando elogios y premios desde que tuvo su premiere en el Festival de Venecia, en septiembre de 2022. Colin Farrell (46) y Brendan Gleeson (67) son tan irlandeses como sus personajes. Y son amigos, como también lo son Pádraic Súilleabháin y Colm Doherty, en Los espíritus de la isla, la película de Martin McDonagh candidata a 9 Oscar, incluyendo película, dirección guion original y las actuaciones de Farrell y Gleeson.

Y los tres, los actores y el director y guionista, mantienen una relación de amistad desde que trabajaron juntos en aquella maravilla que fue Escondidos en Brujas (2008). El intérprete de Alejandro Magno, SWAT y Minority Report y el que fue Alastor “Mad-Eye” Moody en la saga de Harry Potter y a quien veremos en Joker 2, nacieron en Dublín, y se ven de vez en cuando, como cuentan en esta entrevista exclusiva con Clarín.

Los espíritus de la isla trata sobre Pádraic y Colm, dos amigos que viven a comienzos del siglo XX en Inisherin, una isla de Irlanda, que frecuentan un pub, hasta que el segundo le dice al primero que no quiere ser más su amigo. ¿Por qué? Porque es aburrido, le dice.

Brendan Gleeson es el amigo que advierte al otro que se cortará un dedo si vuelve a molestarlo… Fotos Disney

Y es más: si sigue dirigiéndole la palabra, por cada vez que lo haga, Colm le advierte que se cortará a sí mismo un dedo de la mano.

“Bueno, el mayor agravio que tiene mi personaje con su personaje es que a su personaje ya no le gusta mi personaje. Sí. Es eso”, comienza diciendo Colin Farrell en la entrevista por Zoom, que fue antes de las nominaciones al Oscar.

Bromas y más bromas

Ambos no pararán de bromear, y reírse a carcajadas. Se nota que se llevan muy bien.

“Los espíritus de la isla” estrena el jueves 2 de febrero en la Argentina.

-Probablemente esta pregunta se las deben hacer mucho con esta película, pero lo siento: ¿alguna vez han tratado de dejar de ser amigo de alguien porque pensaban que era aburrido?

Colin Farrell: -No. He perdido amistades a lo largo de los años, para ser honesto con vos, pero nunca las he perdido de una manera que sea tan esencialmente cicatrizante como este tipo de disolución de una amistad. La intención de Martin era escribir una película de ruptura increíblemente dolorosa, triste y sincera. Mi personaje comienza la película alegre y conectado con el mundo que lo rodea. Y claro, eso dura unos 30 segundos.

Y luego la película toma un giro abrupto en una dirección que nunca Pádraic ve venir. Nunca tuve una amistad que se desmoronara o terminara tan rápido y sin explicación como está en la película.

Brendan Gleeson fue uno de los actores irlandeses de la saga de “Harry Potter”. Era Alastor “Mad-Eye” Moody.

Brendan Gleeson: -Lo único que se me ocurre es que una amistad puede envejecer, cuando pensabas que estaban sucediendo cosas que, en realidad, no estaban sucediendo. O la otra persona piensa que estaban pasando cosas con vos, que en realidad no eran así. La idea de que alguien es aburrido… Hay un aspecto de alguien que has malinterpretado. Mi personaje solo necesita espacio. No significa que Pádraic sea aburrido en absoluto, en mi opinión.

CF: -A veces, las amistades terminan con el tiempo, o terminan, pero menos repentinamente. Las personas simplemente comienzan a desaparecer gradualmente de la vida de los demás. Y luego, podés darte cuenta de lo que sucede. Simplemente te das cuenta de que estás en caminos divergentes o algo así. Pero no tengo experiencia ni nada con lo que relacionarlo.

Colin Farrell con su Globo de oro al mejor actor en comedia o musical, el 10 de enero pasado. Foto Reuters

-En la película conocemos a sus personajes cuando su amistad ya está, digamos, en peligro, pero creo que es bastante fácil imaginarlos pasándola más que bien en el pub. ¿Trabajaron en eso? Quiero decir, ¿hicieron algún ensayo para encontrar la dinámica de su amistad?

BG: -Ensayamos durante tres semanas para explorar la naturaleza de la relación. ¿Por qué iban juntos al pub todo el tiempo? Ellos cumplieron una necesidad diferente en cada uno. Mi personaje tenía una visión más oscura del mundo. Había una pureza en la forma en que Pádraic interactuaba con el mundo.

Y a Colm, para su propia mente torturada, lo que tenía no era suficiente, y tuvo que explorar la música como forma de conseguir esa liberación. Entonces, opta por separarse de alguien con quien no cumplía la función que necesitaba. Y es horrible. No hay duda de que es horrible y no hay una manera fácil de hacerlo.

Y cuanto más amable sos en la ruptura, más intensamente se siente la otra persona al respecto y recibe el mensaje equivocado. Si lo hacés de forma inmediata y brutal, probablemente sea la forma más amable… Pero incluso en eso, es cruel.

Martin McDonagh y los irlandeses Kerry Condon, Colin Farrell y Brendan Gleeson, en Venecia. Todos, candidatos al Oscar. ANSA

-¿Y cómo fue filmar en ese lugar en particular? Porque se rodó en las islas de la costa de Irlanda. ¿Qué tan importante fue filmar en ese lugar y durante ese extenso período de tiempo?

CF: -Sí, fue increíblemente importante para mí. Creo que fue lo mismo para este tipo (por Brendan Gleeson) y para todos los demás en el equipo, de verdad. Y para ser honesto con vos, había un cierto ritmo de vida. El viento arreció sobre la isla de Inishmor, donde rodamos durante tres o cuatro semanas al empezar. Y luego fuimos a Achill y filmamos durante cinco o seis semanas allí y terminamos la película.

Y te digo: había un cierto sentido de comunidad, de los ancestros. Fue extraordinario. Nunca sentí… A menudo vas, trabajás en una película y te vas a casa al final del día, ya sea en tu hotel o en tu propia casa, si filmás donde vivís. Pero la mayoría de las veces, es a un hotel. Si estás trabajando en películas, en locaciones, y te alejás de la historia, te alejás del guion.

Tanto Gleeson como Farrell nacieron en Dublín, Irlanda.

Tenés la oportunidad de alejarte de la estética del filme. Yo nunca sentí que nos apartáramos en absoluto. Sentí que estaba atrapado, felizmente atrapado entre las páginas del guion durante las diez semanas que estuvimos filmando. Todo al respecto, la soledad, el regalo de experimentarlo y la belleza que me rodeaba, 24 horas por 7 días a la semana.

Llevé la energía, la belleza, el anhelo y la melancolía de eso para trabajar conmigo todos los días. Y fue realmente extraordinario, fue magnífico. Me doy cuenta de que a medida que envejezco, cuanto más largo se vuelve el camino detrás de mí y más corto se vuelve frente a mí, más siento que mi país de origen me llama. Y nunca solía decir “no pienso demasiado en Irlanda”.

Y ahora siento el crecimiento, el amor que tengo por el lugar. Y con mucha más frecuencia en los últimos años, pienso mucho en mi hogar. Y deseaba volver allí, ¿sabés? Entonces, ésa fue una respuesta a esa llamada que fue tan hermosa, tan perfecta, y hacerlo bajo este tipo de oportunidad.

Hombres de negro. Brendan Gleeson y Colin Farrell arriban a la alfombra roja de “Los espíritus de la isla”, en Venecia. EFE

BG: -Sí. Quiero decir, para mí también, hubo algo sobre el choque del océano contra la tierra, y ese lugar en particular que permite que nos sintamos como diminutos en el universo. Y mi personaje necesita un poco de importancia en su vida, a través de las melodías o la música, sólo para sentir que deja algo detrás de él.

Porque el paisaje en sí es un poco abrumador, la locura de las tormentas, la naturaleza salvaje del océano y la aspereza sombría de las montañas, tanto en esa isla como en Achill, donde filmamos un poco también, más arriba en la costa. Así que fue fantástico estar allí.

-Puedo ver que ustedes dos son muy buenos amigos, y que tienen una estupenda relación.

BG: -No nos vemos mucho porque vivimos a 6.000 millas (9.600 kilómetros) de distancia. Y cada vez que lo hacemos, retomamos donde lo dejamos. Así que tenemos una especie de vínculo que nació casi de inmediato, y ha sido así durante los últimos 15 años. Y no lo tenemos demasiado complicado. Entonces, cada vez que te encontrás con el otro, está bien. No hemos tenido ninguna pelea hasta ahora, así que no estoy deseando que llegue.

“No nos vemos mucho porque vivimos a 9.600 kilómetros de distancia. Si nos vemos solo una vez cada dos o tres años, lo más probable es que podamos seguir llevándonos bien”, dicen.

CF: -Sí, todavía no… Consideramos que, si nos vemos solo una vez cada dos o tres años, lo más probable es que podamos seguir llevándonos bien por el resto de nuestros días.

BG: -Y esa ausencia hace que el corazón crezca más.

-Brendan, ¿qué significa para vos ser irlandés y estar en una película de estas características?

BG: -Creo que es una llamada de atención, de verdad. No creo que sea algo puramente irlandés, me daría mucho miedo mirar algunas de las situaciones de la película en otras partes del mundo, y ver la misma cosa recreada, donde la gente se pelea por cosas que parecen triviales y pequeñas, pero que en realidad tienen que ver con su sentido de sí mismos e identidad.

Tanto para Gleeson como para Farrell la nominación al Oscar es la primera.

Entonces, desde el punto de vista de mi personaje, necesito ser alguien que aproveche al máximo mi talento. Si tengo algún talento en este sentido, para tocar o hacer esta melodía, es fundamental para mí. Así que esta pelea no se trata de trivialidades. Es algo esencial.

Y creo que la única forma en que se puede superar cualquier tipo de guerra civil (el trasfondo del filme) o cualquier tipo de disputa es comprender el significado para las personas involucradas de aquello a lo que se aferran. Entonces, sí, históricamente, pero también ahora, es importante que Irlanda se mantenga consciente de las sensibilidades y del corazón que está pasando en el lugar opuesto.

Farrell, junto a Tom Cruise en “Minority Report”, de Steven Spielberg. Foto Archivo Clarín

-La pérdida de la inocencia de Pádraic Súilleabháin es muy triste. ¿Creés que en nuestro mundo contemporáneo la ingenuidad ya no está tan presente y, en cierto modo, era la manera de hacerte más feliz?

CF: -Las palabras tienen tal significado y tienen tal peso y connotaciones. Y cuando decís ingenuidad, me pregunto cómo se siente la ingenuidad en mi cuerpo. Incluso, ¿considero que la ingenuidad es algo malo, como una inocencia que necesita ser abofeteada? No lo creo.

Creo que no solo hemos perdido la ingenuidad, con la proliferación de las redes sociales, existe el peligro de que se le pida a la gente que esa ingenuidad “crezca” más allá de sí misma antes de lo que debería. Miro a lo que los niños están expuestos ahora en línea, en Internet, y es impactante. E Internet, obviamente siendo tan nueva y tan poderosa como es, no ha tenido una acción de cuidado, de “policía” como debería. Y así, las implicaciones son increíblemente graves, a veces con respecto al poder que tiene en la vida de las personas.

En “Escondidos en Brujas”, su primera colaboración junto al director Martin McDonagh. Foto Archivo Clarín

Pero en lo que a mí respecta, la ingenuidad y la inocencia son cosas que son hermosas y forman parte del orden natural y, al ser parte del orden natural, también hay una línea de tiempo en la que la ingenuidad y la inocencia nunca deben ser abandonadas. Pero debemos aprender cómo nutrirlas y cómo sostenerlas, y cómo llevarlas con nosotros y cuándo invocarlas.

Espero tener cierto tipo de ingenuidad y cierta inocencia por el resto de mis días, lo que no quiere decir que no sepa cómo funciona el mundo, sino que también tengo una creencia que podría rozar lo idealista, que es la creencia en el bien y la belleza de las cosas. Y eso podría verse como ingenuo, pero no creo que lo sea.

Creo que es solo una extensión de una ingenuidad que ahora es la forma en que un adulto tiene. Tal vez tiene un poco de pureza, o un poco de inocencia, y permite que eso se mantenga a través de la experiencia de una vida larga e infernal. Si tengo otros 20 o 30 años, espero mantenerla.

Pádraic y su hermana Siobhán (Kerry Condon) en su hogar en Irlanda.

BG: -Sí, hay una especie de cosa del Jardín del Edén en la que podés permanecer felizmente ignorante. Realmente es una cuestión de crecer. Y llega un punto en el que hay una gran interrupción al pasar de la ingenuidad en la infancia a un lugar en el que debés lidiar con las cosas.

-¿Necesitaron leer el guion, o le dijeron que sí al momento en el que Martin les habló de la película? ¿Y cómo es trabajar con Martín, después de tanto tiempo?

CF: -Bueno, leímos la primera versión de Los espíritus de la isla, creo que fue hace siete años. Y era muy diferente. Como dice Martin, solo quedaron las primeras dos o tres páginas en el nuevo guion… Yo, de todo corazón, estaba dispuesto a trabajar con esa primera versión, pero obviamente sus estándares son un poco más altos que los míos (risas).

La escena en la que Colm le dice a Pádraic que no lo soporta más…

Y diré que esta última versión que terminamos filmando estaba menos impulsada por la trama, y mucho más por los personajes, y por lo tanto había profundidad y cuidado en ella. Y, en última instancia, había una especie de tristeza, que la primera versión no exploraba completamente. Pero no hay nadie como Martin, alguien que es un escritor que tiene la destreza, ese tacto con el lenguaje.

Cada vez que tenés la oportunidad de trabajar con alguien así, saltás de inmediato. Y mi segunda experiencia con Martin y Brendan, quiero decirte, fue un sueño, un sueño hecho realidad por todas las razones que mencionamos anteriormente. La locación, el tipo de algunas de las minucias culturales en el guion… Pero en definitiva es la humanidad lo que te atrae y conmueve. Nuevamente, definitivamente fue una obviedad decirle que sí.

BG: Sí. Solo dije que sí.

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