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Su padre la abandonó y se reencontraron después de 26 años: “Tenía que perdonar y empezar de nuevo”

Verónica Ibarra es una mujer oriunda de la ciudad de María Grande, en Entre Ríos, que a sus 12 años vio por última vez a su papá, Pedro. Durante muchos años se mantuvieron distanciados por un “inmenso dolor” que ella no podía perdonar, pero luego de que el hombre sufriera una grave enfermedad sintió que era “momento de comenzar de nuevo”.

Su padre había abandonado el hogar, que ella compartía con su mamá y sus cuatro hermanos, y se radicó junto a otra mujer en la Ciudad de Buenos Aires, a 485 kilómetros de la mencionada ciudad entrerriana. Más de un cuarto de siglo después, su hija lo sorprendió haciéndose presente en su casa, donde se fundieron en un emotivo abrazo.

Vio un cartel que lo conmovió, hizo una colecta y ayudó a una familia: “Por favor, no me corten la luz, me quedé sin trabajo”

La historia de Verónica se viralizó casi de casualidad. Ella llegó a la Capital Federal para estar el pasado Día del Padre con Pedro, y la periodista Marcela Ojeda, que hacía un móvil para Radio Continental, se acercó mientras estaba en la Terminal de Ómnibus de Retiro.

“¿Venís o te vas?”, le preguntó Ojeda. “Yo vengo de Entre Ríos“, contestó. “¿Cuánto te sale un pasaje?”, quiso saber la cronista. “A mí me salió $5.800“, dijo. “¿Y por qué no elegiste Córdoba, que quizás te sale más barato?”, volvió a preguntar. “Porque me voy a reencontrar con mi papá después de 26 años“, reveló para sorpresa de la periodista.

“Yo era la única que no podía perdonarlo”

Mi viejo siempre trabajó afuera, como albañil, en la ciudad de Paraná a 60 kilómetros de María Grande”, recordó Verónica en diálogo con PERFIL. “Se había quedado desempleado y le debían mucha plata“, añadió. Entonces indicó que después de un tiempo le contó a su madre que había conseguido trabajo en una obra en construcción en la capital entrerriana y tenía que irse.

Verónica (izquierda) junto a sus hermanas Paola, Carolina, su hermano Gabriel y su madre Delia (centro).

“Dijo que el martes llamaba pero pasó miércoles, jueves, viernes y nunca llamó. Desapareció completamente. Lo primero que pensamos es que lo habían matado por el dinero que le debían”, aseguró. Además, afirmó que radicaron una denuncia por desaparición en la comisaría y habían hecho el contacto para ir al programa Gente que busca gente, conducido por Franco Bagnato, para intentar dar con él. 

Sin embargo, al tiempo llamó al departamento policial para que le informara a su familia que “estaba bien y se había ido con otra mujer“. Sobre la reacción que tuvo su madre, Verónica contó: “Era una mujer de la casa, incluso los mandados los hacía él. Ella intentó dos veces quitarse la vida porque no lo podíamos entender. Pero empezó a trabajar y sacó toda la familia adelante“, comentó sobre Delia, que se desempeña como enfermera en un hogar de ancianos.

Con el paso del tiempo sus hermanos volvieron a tomar contacto y se reunieron con su padre, pero Verónica no quiso saber más de él. “Yo era la única que no podía perdonarlo, me dolió mucho que nos haya dejado“. En tanto, sus cinco hijos nunca habían conocido a su abuelo.

La llegada de la pandemia y “una nueva historia”

Padre e hija siguieron sus vidas Después de marcharse, el hombre se vino a Buenos Aires. Quien era su pareja falleció y después conoció a Mary, su actual mujer. Sobre ella, Verónica cuenta que alcanzó una “complicidad” que nunca tuvo con la compañera anterior de su papá. Actualmente, Pedro tiene 64 años y es encargado de un edificio en el barrio de Belgrano.

Verónica y sus hijos.

Verónica tiene 39 años, se divorció y tiene dos trabajos: es secretaria en el área de Desarrollo Humano del municipio de María Grande y por la tarde atiende una rotisería. Su familia es muy unida y tiene un grupo de Whatsapp llamado “La Familia y sus Raíces”, por donde se enteró que el estado de salud de su padre se había complicado.

Papi está mal, empiecen a orar porque está grave“, escribió una de sus hermanas. Corría junio de 2020 y Pedro se había contagiado de Covid-19, que le provocó una neumonía bilateral, y estuvo mucho tiempo internado. “Pensé: ‘Y si se muere y no lo puedo ver nunca más, si no le puedo decir que lo perdoné, me voy a quedar con el cargo de conciencia’. Tenía que empezar de nuevo”, manifestó Verónica. Por eso pidió su número, y le escribió un mensaje para dejar atrás “el dolor y el rencor” y decirle que “lo necesitaba”

“A la noche me llega una videollamada. Era él, me miraba y lloraba y no podíamos hablar. Tuvo que cortar, me volvió a llamar y entre lágrimas charlamos”, rememoró la mujer sobre aquella noche en la que le presentó sus hijos a su papá.

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A partir de ese momento, Verónica y Pedro empezaron a llamarse todos los días y lograron restablecer el vínculo. Él le contó que había cambiado mucho, había comenzado a ir a la Iglesia. Ella le dijo que no necesitaba una explicación. “Yo pasé por muchas cosas, empecé a entender cómo es la vida. Yo no necesito volver al pasado“, remarcó, dejando en claro que lo importante es el tiempo que tienen ahora. 

El tan esperado reencuentro

Para la propia Verónica, la actitud de su mamá fue una de las claves para que pudiera perdonar a su papá. Según destacó, en ningún momento, en todos estos años, ella habló mal de él y siempre les dijo que tenían verlo. Incluso, el propio Pedro le manifestó lo orgulloso que estaba de haber elegido a una mujer como su madre para formar una familia por sus valores y educación, a pesar de todo lo ocurrido.

Verónica trataba de viajar para lograr el encuentro cara a cara pero por una cosa u otra no lo había logrado. Surgió entonces la idea de sorprenderlo en el Día el Padre. Mary y la hija de ella, Tamara, la ayudaron en su plan y la pasaron a buscar.

Llena de nervios, lo esperó en su departamento de Villa Urquiza. Cuando entró, el hombre se reencontró con su hija después de 26 años y el momento quedó inmortalizado en un video que grabó Mary. Después de las lágrimas y los abrazos, todos salieron de paseo y compras.

Siento que era la pieza que faltaba para ser feliz, para contarle a mis hijos lo lindo que es vincularse con la familia. Yo quiero ser un ejemplo para ellos”, dice Verónica tras todo lo vivido. También adelantó que en las próximas semanas Pedro viajará a María Grande para conocer a los chicos en persona.

Por otra parte, se mostró sorprendida por cómo la historia se hizo viral y trascendió en los medios. “Nunca pensé que se iba a conocer. Fue muy lindo, me pongo a ver de nuevo el video y me emociono“. También destacó que otras personas que quieren reencontrarse con sus familiares desde hace años se acercaron a decirle que su historia “les dio mucha fuerza” y seguirán buscando acercarse a ellos.

cp

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