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Un hito de la medicina: qué puertas abre el primer trasplante de un corazón de un cerdo a un humano

Las fotos que llegaron el lunes por la noche desde Estados Unidos impactaron. Un médico en un quirófano, sosteniendo un corazón, antes de implantarlo en un hombre que se estaba muriendo. El instante previo a una noticia que puede revolucionar la historia de la medicina: el primer trasplante exitoso de un órgano animal a un ser humano.

La intervención pionera la realizó en Baltimore un equipo de especialistas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland  y recuerda a ese otro hito de la medicina que fue el primer trasplante realizado en 1967 en Sudáfrica por Christian Barnard. La evocación no es licencia periodística: la hace la coordinadora de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante Cardíaco del Hospital Universitario Fundación Favaloro, María Florencia Renedo.

“Como en ese momento fue un hito en la historia del trasplante, creo que esto también es un hito: el trasplante interespecie o xenotrasplante, la primera vez que se realiza un trasplante con un órgano de cerdo genéticamente modificado”, compara la experta.

David Bennett con su cirujano, Bartley P. Griffith, antes de la intervención. Foto EFE

Renedo hace un par de salvedades importantes. La primera, que esta práctica es experimental. La segunda, que el primer resultado fue exitoso pero se debe ver cómo continúa la evolución del paciente. En este sentido, vuelve a tomar la comparación con el trasplante de Barnard.

“Estamos a 50 años del primer trasplante cardíaco y fue abismal lo que se aprendió en este tiempo en técnicas quirúrgicas y de tratamiento inmunosupresor para mejorar la expectativa y calidad de vida de los pacientes. Pasaron 50 años para tener instalado el trasplante como opción terapéutica”, señala.

Caso extremo

La información que llega a los medios –y también a la que tienen acceso los expertos como Renedo– aún no detalla cuál es el problema específico que a David Bennett, el hombre de 57 años trasplantado en Baltimore, le impedía recibir un órgano de un donante humano. “Era morir o someterme a este trasplante. Quiero vivir. Sé que es un disparo en la oscuridad, pero es mi última opción”, había dicho 24 horas antes de entrar al quirófano.

Pero la coordinadora de Favaloro explica que hay algunas personas que desarrollan anticuerpos que hacen que rechace el órgano de un donante. Entonces, ahí aparece la posibilidad de la edición genética.

A nivel laboratorio, en ciencia básica, un equipo de genetistas logró modificar el órgano animal para reducir el riesgo de rechazo. En este caso, lo hizo la empresa de biotecnología Revivicor, que mantuvo el órgano en una máquina para preservarlo antes del trasplante. El equipo médico también uso nuevos medicamentos para suprimir el sistema inmunitario y evitar el rechazo.

El equipo médico que llevó adelante el trasplante pionero en Baltimore. Foto EFE

¿Por qué se utiliza un órgano de cerdo y no de un chimpancé, que es el que tiene el genoma más parecido a los humanos? Aquí empiezan a jugar implicancias éticas. Y este será, para Renedo, un debate que se vendrá, como se dio en su momento con los primeros trasplantes. “Fue muy importante entonces la concientización de la posibilidad de la donación”, remarca.

La experta explica que tanto los cerdos como los primates son las especies con mayor similitud a nivel genético con nosotros. Pero los primates son especies protegidas, en tanto que en los cerdos está habilitada la crianza para la producción en masa, lo que abre la posibilidad de realizar la edición genética necesaria para esta intervención.

Una puerta al futuro

Renedo remarca a lo largo del diálogo con Clarín que este trasplante “no deja de ser un procedimiento experimental del cual hay que evaluar los resultados a largo plazo”, pero también remarca que “si nos muestra resultados favorables va a ser una ayuda para reducir la problemática la escasez de donantes que tenemos a nivel mundial y en la Argentina”.

De acuerdo a los datos que difundió el INCUCAI la semana pasada, los trasplantes realizados en Argentina el año pasado aumentaron un 40% respecto de 2020, el año crítico de la cuarentena. Se hicieron 1.543 trasplantes de órganos de donantes fallecidos y 246 de donantes vivos, además de 1.392 trasplantes de córneas.

Aunque fue el tercer año con más trasplantes de órganos de donantes fallecidos en la historia, el desfasaje con la lista de espera sigue siendo evidente: al día de hoy, hay 7.080 personas esperando un órgano. La mayoría, 5.023, esperan un riñón. Y hay 130 personas que esperan un trasplante cardíaco, 5 un trasplante cardiopulmonar y una, un trasplante cardiorrenal.

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