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El Día de la Lealtad de la CGT: una marcha con aroma a ninguneo a Cristina y que Máximo no consiguió impedir

El domingo a la noche, desde la CGT distribuyeron un documento por el Día de la Lealtad. Se suponía que lo darían a conocer recién hoy y en coincidencia con la marcha a la que convocaron para esta tarde, pero optaron por apurarse. Es un texto corto, de apenas 10 párrafos, en el que sobresalen las menciones a “Perón” y al “peronismo”. Hay 11 en total. No hay ninguna mención a Cristina Kirchner. Tampoco a Néstor Kirchner. Es más: en el escenario frente al que desfilarán las columnas de los gremios solo habrá imágenes de Perón y Evita.

La tensión entre el kirchnerismo y la CGT es antigua, pero el ninguneo en el cierre de listas -los gremios cegetistas no fueron tenidos en cuenta- empeoró la relación. Lo de hoy suena a vuelto con la misma moneda: el ninguneo a Cristina.

Hace unas semanas, en un encuentro reservado con la mesa chica de la central obrera peronista, Máximo Kirchner les preguntó si no podían postergar el congreso de elección de autoridades fijado para el 11 de noviembre. Aquel día, el jefe de La Cámpora también los consultó si no podían suspender el acto por el Día de la Lealtad, ya convocado para este lunes 18.

El planteo llegó de forma sutil, según recuerda un dirigente que estuvo en esa reunión. “¿No les parece mejor no hacerlo? Puede ser riesgoso…”, les transmitió Máximo Kirchner. Le dijeron que no, que los gremios garantizaban que la marcha sería en orden.

Lo que parecía sobrevolar como argumento es que un acto con violencia -por ejemplo enfrentamientos entre columnas de sindicatos rivales- en la víspera de una elección clave podía resultar fatal para las aspiraciones del oficialismo.

En la CGT cuentan que hubo un segundo intento -esta vez a través del ministro Wado de Pedro- de que levantaran la marcha. Y una tercera a través de una de las más importantes espadas del oficialismo. Recibieron la misma respuesta, aunque los cegetistas conceden: “Nunca fueron enérgicos, solo fueron pedidos”.

Más allá de ese eventual fantasma de que la marcha se desmadre y perjudique más aun las chances electorales del Frente de Todos, en la CGT lo que interpretan es que los intentos de que bajasen la marcha tienen que ver con las pujas del oficialismo. Hoy va a resultar obvio de qué lado de la interna está la central y que juegan con Alberto Fernández.

Eso sí, será sutil. Contra los planteos económicos más radicales y que desde la central atribuyen al Instituto Patria, el documento que distribuyó ayer la CGT reclama “la defensa del aparato productivo nacional” y demanda “políticas económicas que promuevan la generación de empleo genuino”. “El peronismo debe promover la alianza entre la producción y el trabajo, única fórmula que garantiza un crecimiento sostenible con justicia social”, agrega.

En la central sostienen que esas líneas deben interpretarse como un apoyo al ministro de Economía Martín Guzmán y la defensa de una política que la CGT promueve desde hace tiempo y que Máximo Kirchner les cuestionó públicamente: la de las conversaciones con la UIA y la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que reúne a los principales empresarios nacionales.

“Hay que ordenar la economía y dejar de pelearse con el sector empresario”, sostiene un dirigente que integra la mesa más chica de la CGT.

Gerardo Martínez, líder de la UOCRA, agrega: “Ningún país funciona por el subsidio. Tiene que haber desarrollo de la capacidad instalada en el país. Tiene que haber empresarios para que haya trabajo”.

Aunque simbólico, con la marcha la central buscará también demostrar que aunque el Gobierno no le da juego no aceptará ser un “convidado de piedra”.

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