La visita del presidente Alberto Fernández este martes a la planta de Toyota, en Zárate, no fue en lo formal una visita a la empresa japonesa, sino a un evento de la industria automotriz agrupada en la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA). De hecho, el acto fue organizado desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, a cargo de Matías Kulfas.
Pero a la vez fue la segunda en menos de dos años de gestión que Fernández visitó a la planta de Zárate, un lugar donde todos los presidentes argentinos han buscado tener su foto, desde que la automotriz japonesa abrió su planta en 1997.
A mediados de 2001 el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, obtuvo lo que sería la última postergación del pago al Fondo Monetario Internacional, a pocos meses de la caída del gobierno de De la Rúa y el posterior default de Rodríguez Saá, aclamado por la Asamblea Legislativa.
En aquel clima de sálvese quien pueda, con ahorristas protestando en las puertas de los bancos, una automotriz que recién había puesto un pie en la Argentina, Toyota, había anunciado una inversión de 200 millones de dólares en su fábrica de Zárate, para lanzar una nueva versión de su pick up Hilux.
El 18 de julio de 2001, el presidente De la Rúa y su ministro Cavallo cortaron cintas en la presentación de una nueva versión de la Hilux hecha en Zárate. Foto DyN, Ricardo Abad.
Nadie esperaba seriamente que esa inversión fuera concretada en los plazos anunciados, menos en pleno 2002, el año en que el Producto Bruto de la Argentina tuvo su peor caída en 60 años (-10,8% según el Banco Mundial), peor aún que la del año pasado.
Para entonces, ya habían pasado dos cortes de cinta: la inauguración de la fábrica, en 1997, a la cual asistieron el entonces presidente Carlos Menem y el gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde. Para julio de 2001 había sido presentada una nueva versión de la Hilux, y el acto fue encabezado por De la Rúa y Cavallo.
El presidente Carlos Menem y el gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde junto a Shoichiro Toyoda y el entonces presidente de Toyota Argentina, Tsuneo Arima, en la inauguración de la fábrica de Zárate, en 1997. Foto Reuter
Pero el corte de cinta que se concretó en 2004, con el lanzamiento de la Nueva Hilux, fue el que definió a Toyota como una automotriz de exportación. Antes de que finalizara 2004, en las concesionarias Toyota de Brasil había una lista de espera de dos meses para conseguir la nueva pickup argentina.
Desde entonces, Toyota lleva exportadas más de un millón de pick ups Hilux. Si se toma un precio de referencia brindado recientemente por las concesionarias de ACARA, de 25.000 dólares valor FOB por unidad, la exportación acumulada sólo de ese modelo (más su versión SUV, la SW4), equivale a 25.000 millones de dólares.
En marzo de 2007, cuando Néstor Kirchner era presidente y Cristina aún no era candidata, visitaron la planta de Toyota junto al titular de entonces, Aníbal Borderes. Cristina posteriormente volvió a Zárate, ya como presidenta. Foto Juan José Traverso.
Para este año, el plan de la automotriz es llegar a su tope máximo de producción, de 140.000 unidades, e incluso sobrepasarlo con la incorporación de algunos días feriados.
Toyota produce la Hilux, la SW4 y un tercer modelo que es una variante deportiva de la Hilux, la Gazoo Racing, que fue diseñado por ingenieros argentinos en esa misma fábrica y es producida en series limitadas. También están testeando el potencial comercial del “mini bus” Hiace, con vistas a incorporarlo a la línea de producción de la fábrica bonaerense.
En la fábrica trabajan 6.500 personas y desde 1997 la inversión acumulada ya superó los 1.000 millones de dólares. De la línea de producción sale una Hilux cada minuto y medio, durante dos turnos de producción, que se exportan en un 80% a 23 países.
El presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal, en una visita a la planta en marzo de 2016. Foto: David Fernández
En 2019, uno de los peores años de la historia reciente de la industria automotriz local, Toyota no sólo tocó su techo de producción sino que lo sobrepasó, hasta alcanzar las 145.000 unidades. Aquel año las automotrices en su conjunto fabricaron 314.000 unidades, con lo cual casi uno de cada dos vehículos ese año fueron producidos por Toyota Argentina.